Fuente La Pioja [1] -
Ermita de San Marcos [2] -
Rambla del Piojo [3] - Castillo de Toya (ruinas) [4] - Loma del Castillo (entre la Rambla del
Piojo y el Barranco del Castillo) [5] -
Pista de repoblación [6] -
Pico del Águila (V.G.) [7] -
Loma de la Rambla del Piojo [8] -
Casas de Toya [9] - Fuente La Pioja [1]
8.5 KM | 300 m.d.+.a. | 11/12/2019
Salimos de la explanada de la Fuente La Pioja, en la
carretera que viene de Peal de Becerro y llega a Toya (K.5 Jv-3263 / JA-7106). Aquí
parte un carril que pasa por la Ermita de San Marcos, junto a la Rambla del
Piojo, la pista sube hasta el depósito de agua y termina, hay otro carril que
sigue hasta Hornos (de peal) y da vistas a la Cámara Sepulcral Íbera de Toya.
Subimos la ladera del cerro que alberga las ruinas del
castillo. Este cerro se encuentra en la divisoria de la Rambla del Piojo y el
Barranco del Castillo.
El Castillo
de Toya se encuentra en un estado lamentable, una ruinosa montonera de
piedras y aglomerado, impresionan sus sillares donde se sustentaba la
fortificación.
«La primera
mención al castillo de Toya fue realizada por el geógrafo árabe al-Idrisi,
nombrándola como Hisn Tuya, que dependía de Cazorla. Según las crónicas
cristianas, en el año 1224, después del saqueo de Quesada, el castillo de Toya
fue arrasado por Fernando III el Santo junto con los castillos de Lacra (hoy un
caserío a 9 kilómetros al suroeste de Quesada) y Palos identificado a la orilla
izquierda del Guadalquivir, cerca de la confluencia con el Guadiana Menor). El 20 de enero de 1231 este mismo rey otorgó
al arzobispo de Toledo las tierras de Quesada y Toya. El prelado conquistó Toya
antes de abril de ese año, y la incorporó al Adelantamiento de Cazorla. Entre
1285 y 1312 la zona fue conquistada y perdida en varias ocasiones por los
musulmanes. Después de 1310 pasó a la jurisdicción de Úbeda, y a partir de ese
momento Toya pierde su relevancia, sabiéndose que ya en el siglo XVII tan solo
era un despoblado.»
La altitud de este cerro es baja (538 m) pero las vistas son
impresionantes. Disfrutamos de las vistas y continuamos por la loma que nos
baja a un carril que nos acerca, entre pinos repoblados, hasta las
inmediaciones del Pico del Águila (682 m), lo subimos hasta su vértice
geodésico y por la ladera noroeste acometemos la bajada hasta un collado que
divide dos ramblas, seguimos por la loma de una de ellas hasta un caracol de
piedra abandonado. En descenso seguimos la lomilla que se anda bien hasta
llegar a la aldea de Toya, aquí la ladera se inclina buscando la carretera,
buscamos el paso más cómodo y descendemos hasta la carretera.
Ya solo falta regresar por la carretera atravesando la aldea
pedánea de Peal de Becerro, que apenas tiene tráfico, hasta la Fuente de la
Pioja donde dejamos los coches.
Una vez aquí nos acercamos al aljibe y fuente, en ruinoso
estado, de la Rambla del Piojo. Más arriba unos tornajos de bañeras (que cosa
más fea) sirven de abrevadero a las ovejas y ganado salvaje, estos se alimentan
de una captación en un rinconcillo de juncos, una arqueta con llave que
guardará el pastor.
En realidad, la ruta es una excusa para hacer hambre, el
grupo Los Frescales de los Miércoles llevamos años juntándonos para hacer la
habitual comida de hermandad, los componentes habituales quedamos en verano y
en diciembre para realizar una ruta corta y luego un largo ágape, pre almuerzo
y sobremesa. En esta ocasión pudimos disfrutar de la visita guiada a la Tumba
Funeraria Principesca Íbera de Toya o Cámara
Sepulcral de Toya.
HISTORIA: «En el siglo VI a.C. se asientan
sobre un cerro junto al río Toya gentes pertenecientes al pueblo íbero de
los oretanos. Construyen el oppidum de Tugia al estilo de otros similares
en la región con la intención de controlar las tierras en el valle del
río. Como símbolo de poder, el príncipe hace construir la cámara de
Hornos, un túmulo funerario a dos kilómetros al norte del oppidum. Sobre una
roca se labra un círculo en forma de tambor y se excava una oquedad donde
se depositan en cistas los restos del príncipe y de su mujer. Doscientos años
después, en el siglo IV a.C., se construye un nuevo túmulo también al otro lado
del río, la cámara de Toya, donde se depositan en urnas los restos incinerados
del príncipe, su familia y otros miembros de la aristocracia. El túmulo es
cubierto de tierra y pintado de rojo para que desde la ciudad pueda ser
visto en todo momento. Con la pérdida paulatina del poder íbero ante
Cartago y la posterior conquista de Tugia por Roma, los túmulos van quedando en
el olvido. En el año 1.909 d.C. un
agricultor apodado de «El Pernazas» encuentra unos grandes bloques de
piedra mientras labra la tierra. Con ayuda de su familia busca algún
posible tesoro, aunque sólo encuentra vasijas, monedas y algunos otros restos.
Una vez que el yacimiento sale a la luz el arqueólogo Juan Cabré comienza
con las primeras excavaciones.»
Interesante información la facilitada por el guía
Regreso a Peal de Becerro para dar cuenta de los sabrosos y
abundantes manjares preparado para la ocasión en el restaurante Peal-Íbero.
Todo el que se aventure
a salir de ruta debe de llevar agua, alimento, ropa y calzado adecuado a la
climatología del día de salida.
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Como norma general: Usar el sentido común.
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Exención de responsabilidad al utilizar cualquier dato contenido en este sitio web. Los track en descarga son un
complemento al trazado de la ruta, pueden contener errores, estar fuera de
camino o trazados a mano sobre plano.
Usar solamente como referencia y siempre bajo vuestra responsabilidad.
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