martes, 8 de octubre de 2019

RUTA 204 - (SG) - CIRCULAR DESDE LOS PRADOS DE JUAN RUÍZ. CORTIJOS DE LOS HUECOS DE BAÑARES.




Cortijos del Prado de Juan Ruíz [1] – Camino del Arroyo de Rincón de Santa Ana [2] – Arroyo del Prado de Juan Ruíz [3] –Tiná Grande – Molino del Rubial [4] – Viejo camino del Molino [5] – Cerrá del Arroyo de la Espinea [6] – Charco Grande [7] – Cortijo de la Espinea de Arriba o Cortijo del Rojo [8] – Cortijada de la Espinea o Cortijo de la Espinea de Abajo [9] – Cortijo de Las Lagunillas [10] – Cortijo del Cristo [11] –  Ermita de Cañada Chica o de los Huecos de Bañares [12]   Cementerio de los Huecos de Bañares [13] Cortijada de Cañada Chica [14] Tiná de la Peña [15] – Tiná Nueva [16] – Collado de los Frailes [17] – Morro de los Frailes o Morra del Miravete (lugareños) [18]   Puntal del Águila [19] – Cortijo de la Tiná o de la Taina (mapas) [20] – Cortijo del Collado o Cortijo del Collado de la Fuente (mapa) o Aldea del Collado de la Fuente (Diputación) [21] – Cortijo del Centenal / Tina de la Loma de la Tejera [22] – Cortijo del Toconal [23] – Era del Cortijo de la Cañada [24] – Cortijos del Prado de Juan Ruíz [1]



 05/10/2019 | 20 km | 750 m.d.+.a


En esta ocasión, invitado por el amigo José Andrés, hemos realizado una ruta de interés etnográfico, de estas rutas que intentas recorrer el máximo de cortijos y cortijadas, aun sabiendo que casi la totalidad las encontrarás en ruinas. Siento extenderme en el preámbulo, pero merece la pena dejar una introducción a este lugar.

Los Huecos de Bañares albergaron una nutrida población diseminada en distintos núcleos poblados y cortijos aislados, así como numerosas tinadas de ganado y algún molino que seguro estaba solicitado en su tiempo.


La “España vaciada” ahora tan en boga, es una realidad en la Sierra de Segura y en concreto en esta zona. La falta de oportunidades, el difícil mundo que rodeaba su existencia, el vivir en el aislamiento, las carencias, la baja productividad, las noticias de los emigrados dando norte de pingües ganancias en provincias costeras, la opulencia de los visitantes y las inquietudes de los jóvenes, llevaron al éxodo y despoblación de aldeas, cortijadas y tinadas de este rincón serrano.
Javier, un lugareño de la Aldea Cortijo del Collado, nos cuenta la importancia que tenía la cortijada donde vive aún. Había escuela, tienda, correos, herrero y modista de alta costura. Es uno de los dos cortijos habitados permanentemente en la zona, el suyo y el del Toconal que más tarde visitaremos. Una huerta, unas gallinas y una punta de ovejas es lo que cuida, las ganas de no perder sus raíces lo que le empuja a vivir aislado y en soledad.


Nos recalca la importancia de esta aldea, si bien en la web de la Diputación Provincial de Jaén y el espacio dedicado al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, la Aldea del Collado de la Fuente (Javier nos asegura que nunca se conoció por ese nombre) apenas da reseñas o información. http://www.sierrasdecazorlaseguraylasvillas.es/index.php?option=com_sobi2&sobi2Task=sobi2Details&catid=31&sobi2Id=493&Itemid=

En la web de Amalia Romero & Miguel Mesa hay una entrada que destaca la importancia de este enclave http://rutassierrasegura.org/page14.html Relatan la existencia de 16 cortijadas y algunas las citan con nombres distintos a los que vienen en los mapas.

<<“Las Cortijadas. En los Huecos hay dieciséis cortijadas:”
  • ·                    El Centenar
  • ·                    El Recodo
  • ·                    La Tiná o “Taina”
  • ·                    Cañada Chica
  • ·                    La Espinea de abajo o “Cortijo del Rojo”
  • ·                    La Espinea de arriba o “Cortijo de la Espinea”
  • ·                    Las Lagunillas
  • ·                    El Molino del Rubial
  • ·                    Centenarejos
  • ·                    El Horcajuelo
  • ·                    La Cañá o “Cortijo de la Loma de la Tejera”
  • ·                    El Toconal
  • ·                    El Prado de Juan Ruiz
  • ·                    Morillas de arriba
  • ·                    Morillas de abajo
  • ·                    El Collao o “Cortijada del Collado de la Fuente”>> 

La ruta comienza en El Prado de Juan Ruíz, una cortijada en ruinas que alberga más de una decena de construcciones alineadas en calles, fuente con lavadero y una hermosa era, la era sirve de aparcamiento y desde allí salimos sur, suroeste hasta el Arroyo del rincón de Santa Ana,

  

aquí hay una pista en muy mal estado que discurre paralela al arroyo y sigue una vez se une con el Arroyo del Prado de Juan Ruíz, rodea La Morilla y llegamos a la Tiná Grande, una construcción de dimensiones respetables sin nombre en los mapas y que bautizo así para tener una referencia.







Seguimos dirección este para bajar hasta el Arroyo de la Espinea donde se encuentra el Molino del Rubial, visita de las ruinas que delatan un uso hasta no hace muchos años. La conducción de agua con tubo de uralita y abrazaderas metálicas, la muela de aglomerado en vez de piedra tallada y el uso de tejas de fabricación industrial nos hacen pensar que sufrió una reforma de su estructura y modernización de sus instalaciones hasta que el abandono y las inclemencias lo convirtieron en la ruina en la que se encuentra.





 
Por el viejo camino seguimos hasta salir a la pista de La Espinea, un poco más adelante nos desviamos a la derecha para no dejar a un lado el viejo camino del molino que vuelve a salir a la pista y por ella hasta la cerrá del Arroyo de la Espinea, allí se observan construcciones de lo que parece una conducción de agua, en la pared caliza de la cerrá se levantan muretes de piedra y pilares para lo que en su día sustentaba el tubo de conducción de agua, suponemos que al molino aunque queda a cierta distancia de la zona.



El Lugar alberga una gran poza conocida como el Charco Grande, nombre que me facilita Jose Luis (Hermano de Javier del Cortijo del Collado), gracias por este y otros aportes.








En la pista encontramos un rezume que lo nombran los mapas como “la Fuente del Rojo”, algo más adelante sale el sendero que nos acerca al Cortijo del Rojo (en los mapas) o Cortijo de la Espinea de Arriba. Destaca el porte del cortijo pese a estar en ruina absoluta y al fondo, junto a la parra una vieja caseta de aperos que aún permanece en pie.









La parra nos ofrece racimos sanos y duces de uvas de un pequeño calibre, la verdad es que todos los cortijos y bancales de la zona tenían parras y luego nos enteramos que se hacía buen vino y mejor aguardiente.





Entre bancales y caminos nos acercamos a otra cortijada, esta con varias construcciones y alineadas a ambos lados de una calle. La Cortijada de La Espinea de Abajo o Cortijo de la Espinea en los mapas.











 Un depósito de agua que creemos se abastecía de la Fuente del Cortijo de Las Lagunillas.
 

Por buen camino o entre bancales llegamos al Cortijo de Las Lagunillas, junto a las paredes verticales se resguarda el cortijo y a su espalda la era, una fuente con lavadero que dejó de manar agua y una conducción que llevaría el agua a los bancales o cortijos de más abajo.










 
Enlazamos de nuevo con la pista y la seguimos hasta la senda que nos adentra a un bosque repleto de matorral y monte bajo que nos señala a todos los brazos, así llegamos al Cortijo del Cristo, el más perdido y enmatojado de los visitados, también en ruinas y poco vistoso por la vegetación que se apodera del lugar.
 
Viejo camino al Cortijo del Cristo





Dirección sureste por el sendero hasta la pista principal y una vez en ella a la Cortijada de Cañada Chica, aquí hubo iglesia y cementerio, aún siguen allí, la iglesia en ruinas y el cementerio en un estado de semiruina que no tardará en ser una montonera de piedras.

 

La cortijada tiene dos eras y varias edificaciones que se dejan caer al barranco que conforma la parte alta del núcleo poblado y el cerro de Cañada Chica,


Algo más de una decena de cruces, un osario con restos de difuntos a la vista y unas tapias aún en pie es lo que queda del cementerio apartado e inaccesible al visitante o familiar poco acostumbrado a la orientación.




 
siguiendo una senda dirección sureste nos acerca a la Tina de la Peña, propiedad de Javier del Cortijo del Collado, una vez en la tiná hay una senda marcada que nos adentra entre monte bajo y arbustos, al principio por un embudo y más tarde por el bosque tupido que apenas deja caminar. Al salir al claro encontramos la Tiná Nueva que también pertenece a Javier, ya sin uso por lo que la maleza va ganando terreno. 





 
Falta un tramo más despejado hasta llegar al Collado de Los Frailes, para seguir la senda dirección sur hasta subir la loma del Morro de los Frailes (mapas) o Morra de Miravete (lugareños), siguiendo la cresta hasta la parte más distal de la Morra llegamos al Puntal del Águila (nombre facilitado por José Luis, hermano de Javier del Cortijo del Collado). Vistas espectaculares de los Huecos de Bañares, la parte recorrida, lo que nos queda que andar y el horizonte salpicado de calares y masa forestal.
 







Regresamos al collado y para no volver por la senda enmatojada de subida decidimos seguir en descenso hasta la pista, pero más cerca de del Cortijo de la Tiná o Taina en los mapas, las curvas de nivel más amplias anuncian un descenso cómodo hasta la parte final que nos saca a la pista que es más inclinada y con la sequedad del terreno más resbaladiza.



De paso por las paredes de las viviendas del Cortijo de la Tiná o Taina, visita a la fuente (seca como la mayoría)
 








y aligerando para llegar al Cortijo del Collado con la idea de recargar agua y comer, sabíamos de que estaba habitado y por tanto fuente con agua debía tener.


Encontramos bajo la noguera a Javier, el único habitante permanente de la aldea o cortijada, un noble perro nos da la bienvenida junto al huerto tardío que pinta de rojo salpicado las matas de tomates, pimientos verdes, maíz y calabazas decoran el hortal.



Amigable charla con el morador que nos invita a recargar agua, la fuente ha cambiado por una goma que vienes desde el manantial junto a la pista, un grifo y una pila sustituyen el caño y lavadero, hay que dejar correr el agua para que salga fresca y como dice Javier, la mejor de toda la sierra.
Nombres, anécdotas y sucesos nos acompañan durante la frugal comida, tanto calor no deja los cuerpos para abundantes viandas y con la satisfacción de lo compartido.



 
 emprendemos camino hasta el próximo objetivo que es el Cortijo de la Loma de la Tejera.

  
Salimos a la pista y después de andar un tramo vemos que el cortijo se encuentra en el valle que se abre donde termina el Barranco del Arroyo de la Loma de la Tejera, hay que buscar un paso que deje abrirse camino campo a través hasta la zona del cortijo, como en la bajada del Miravete me hice daño en el maltrecho pie, decido seguir la pista hasta el próximo objetivo por el coincide la salida a la pista en la curva donde está el Cortijo del Centenal.


Llego pronto y descanso a la sombra de la tapia del cortijo y una hermosa encina, parece que oigo voces más allá de donde estoy, creo que han salido en un lugar distinto al acordado, miro el GPS y veo que no hay mucha distancia, voceo y creo oír respuesta, mochila a la espalda y en busca del grupo. Al final erré y no eran ellos, espero otro rato y la duda me hace seguir hasta el próximo objetivo.


Me adentro por la pista que lleva al Cortijo del Toconal y al llegar la alberca llena de agua y el rumor de la que rebosa por la teja me sorprende, los perros me detectan y ladran, avisado por Javier de los perros sueltos, anuncio mi llegada al dueño que se afana el reparar el tejado del Cortijo, me saluda y en una extraña lengua que no identifico llama a su compañera para que sujete el perro “hostil”, otro se acerca manso a que lo acaricie y desde el tejado me dice que no muerde.





 
Espero en la alberca a los componentes de la excursión, antes me ha informado el dueño del cortijo que por allí era el primero en aparecer en dos semanas, tengo la certeza que no han llegado al cortijo, pero dudo si han podido cambiar de planes, espero otro poco y regreso a la pista.

En la intersección de la pista y el carril del cortijo dejo una flecha y mi nombre para que sepan que he pasado, sigo hasta el desvío del Cortijo de la Cañada, llego a la era y al seguir el sendero que baja hasta el cortijo me despisto, me enmatojo y regreso a la pista por si coincide que los oigo llegar. Tampoco oigo jaleo,
 

 
sigo dirección a los coches y como hace una curva exagerada la pista decido atalajar buscando paso por la barranquera del arroyo, una vez al otro lado me adentro en la cortijada, ando sus calles y salgo a la era, me siento, descanso.






Al poco nos juntamos para celebrar la ruta con unas cervezas que se le ha ocurrido echar a Manu, frías como el granizo, acompañadas del tomate del Toconal y el salchicón de Jose Andrés, nos reconfortan después del esfuerzo.


Algo más de lectura:

 

Todo el que se aventure a salir de ruta debe de llevar agua, alimento, ropa y calzado adecuado a la climatología del día de salida.
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Como norma general: Usar el sentido común.

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Exención de responsabilidad al utilizar cualquier dato contenido en este sitio web. Los track en descarga son un complemento al trazado de la ruta, pueden contener errores, estar fuera de camino o trazados a mano sobre plano. 

Usar solamente como referencia y siempre bajo vuestra responsabilidad.

 


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