Salimos del aparcamiento junto a la carretera a Otiñar y por la pista
marcada como GR-7 / E-4 (Los Rosales - Frailes), pronto se llega a Los
Cortijuelos y por una puerta que avisa de cerrarla, seguimos el sendero
balizado que nos acerca al Collado del Sabinar.
Desde el Collado sale a la derecha el senderillo hasta el vasar o cornisa (cogeremos a la vuelta), para abajo el Barranco del Sabinar (por donde está el viejo camino del GR-7)
y a la izquierda una vereda que nos acerca a los cortados próximos a Peña del Palo, inaccesible si no es en escalada y que se presenta como una mole pétrea frente a nosotros, entre ella y los cortados que estamos asomados una gran mella que la aleja de visitantes.
Andamos los cortados buscando el encuadre y foto de estos privilegiados miradores y regresamos buscando enlazar con el viejo camino, muy deteriorado a tramos, que por un barranco sin nombre, entre Peña del Palo y el Cerro de Prado Alto,
nos baja hasta enlazar con la pista que pasa por el puente o vado del Río de Valdearazo y antes de llegar al Cortijo de Pitillos nos desviamos a la derecha por el sendero a la Colas del Quiebrajano, GR-7 marcado en el vado y el puente de madera.
La pista se hace amena gracias a las vistas que ofrece el mazacote de Peña del Palo y las formas curiosas que la erosión ha esculpido en la caliza, piezas de ajedrez, caballos, llamas, figuras diferentes a los ojos que las observan.
El GR-7 se esculpe por las paredes lisas del Cerro Pitillos, escaleras mecanizadas con dudoso gusto pero que aseguran el paso y evitan resbalones, el Barranco Pitillos se abre dando paso a una explanada entre paredes y agujas de piedra, maravillosa cerrá que podemos andar gracias al bajo nivel del embalse y al poco caudal que el río aporta, nos hubiera gustado volvernos antes porque sería señal de abundantes lluvias, pero la falta de agua no deja adentrarnos en esta fabulosa cerrá o Vegueta de los Frailes como le llaman.
Regresamos sobre nuestros pasos para desviarnos en el cruce que marca el GR-7 en el mismo puente sobre el Río de Valdearazo y que marca el zigzagueante ascenso por el Barranco del Sabinar, menudo camino ¡¡ recalzos y zigzag hacen posible el ascenso cómodo hasta el Collado del Sabinar. Los descansillos para recobrar el aliento nos regalan vistas esplendidas de este maravilloso entorno, la grandeza de la Sierra Sur de Jaén y se entienden las reivindicaciones de la plataforma en defensa de la Sierra Sur.
Arriba en el collado cogemos a la izquierda por el sendero que nos acerca al Vasar o Cornisa, algo expuesta por la inclinación de la ladera pero que no vimos un peligro extremo, hay que ir con cuidado de no resbalar pero se pasa sin dificultad.
Al final de la cornisa se pierde el sendero y hay que improvisar el paso, en descenso y por una ladera escarpada, con monte bajo y espeso, hasta llegar el viejo camino que nos lleva al Mirador de las Colas del Quiebrajano, disfrutamos de las vistas que ofrece y de regreso a enlazar con este camino que por Barranco de la Cañada nos devuelve al GR-7 y de este a Los Cortijuelos y por la pista donde los coches nos aguardan.
Todo el que se aventure
a salir de ruta debe de llevar agua, alimento, ropa y calzado adecuado a la
climatología del día de salida.
_________________________________
Como norma general: Usar el sentido común.
___________________________
Exención de responsabilidad al utilizar cualquier dato contenido en este sitio web. Los track en descarga son un
complemento al trazado de la ruta, pueden contener errores, estar fuera de
camino o trazados a mano sobre plano.
Usar solamente como referencia y siempre bajo vuestra responsabilidad.