miércoles, 26 de marzo de 2025

RUTA 319 - (OT) - LA ALISEDA, MIRANDA DEL REY, EMPEDRAILLO, PANTANETA DEL ARROYO DEL REY Y SALTO DEL FRAILE O LA GRAJA

 

[1] Área Recreativa la Aliseda - [2] Puente de los Suspiros/ Río de la Campana - [3] Río de la Campana. Molino antiguo - [4] Fresno centenario / Puente de San Pedro o de Santa Elena / Arroyo de los Quiñones - [5] JA-7100 / Sendero - [6] 'Vía Romana'/ 'Sendero Estrechos de Miranda' - [7] Camino Cortijo de Las Américas - [8] Cadena - [9] Llano del Río y sendero al Cerro de Miranda - [10] Arroyo de la Asperilla  - [11] Miranda del Rey  - [12] El Hornillo  - [13] Cruce el Hornillo y Las Asperillas - [14] Arroyo del Hornillo  - [15] Camino del Hornillo - cruce a la fuente - [16] Cruce al Empedraillo y Camino de las Asperillas - [17] El Empedraillo - [18] "Camino Romano" El Empedraillo - [19] Pantaneta de Las Grajas en el Arroyo del Rey - [20] Cruce Salto del Fraile o de la Graja / Las Asperillas / Mesa del Rey - [21] Salto del Fraile o La Graja - [22] Manantial Del Salto Del Fraile - [23] Vereda de Las Asperillas - [A] Pantaneta I - [B] Pantaneta II - [C] Fuente Herrumbrosa - [D] panteneta III - [E] Antiguo Balneario de la Aliseda


26/03/2025 - 18 km - 350 m.d.+.a.


 



 



RUINAS ANTIGUO BALNEARIO Y HOTEL DE LA ALISEDA.
Rodrigo Pedro de Orozco y San Vítores, marqués de la Rambla, conservó su posesión de La Aliseda. José Salmerón y Amat adquirió La Aliseda a los herederos del marqués y construyó a partir del 1883 las instalaciones del balneario y el hotel. Con su fallecimiento el lugar fue decayendo hasta su desaparición.
Hoy quedan sus restos, unas ruinas que despiertan curiosidad en un entorno natural y que dejan ver la grandeza que fue el balneario. Personajes de clase social y económica media y alta visitaban el balneario para recuperarse de enfermedades y dolencias ¿El lugar, el agua?  
 
El amigo GalenoMAM nos hace una excelente introducción en su blog El coche de San Fernando
 
BALNEARIO DE LA ALISEDA: PANTICOSA DEL SUR


Aunque el tránsito incesante por estas tierras meridionales de la Mariánica nunca tuvo paréntesis, si que hubo años, demasiados, en los que los acontecimientos quedaron silenciados.
Tras la bestial afrenta que en las Navas de Tolosa aconteció entre las dos culturas que se disputaban el predominio de la península, el olvido cayó sobre el lugar donde todo ocurrió, hasta el punto, de que la nada inundó la comarca en los cinco siglos siguientes a aquél verano de 1212. Sólo alguna venta que daba cobijo al viajero, y los ermitaños de La Peñuela, fueron testigos de la soledad de esta tierra de transito.
Desde el Muradal, paso inequívocamente ancestral desde la meseta a la gran Andalucía, hasta el lugar donde se ubicó la supuesta Tolosa, escisión medieval de la decadente Castulo, se condensa una buena porción de historia; desde aquellos primeros pobladores de castros y abrigos, que dejaron impresa su huella tan rudimentaria como impactante aún reconocible en numerosos santuarios dispersos por las zonas más enriscadas, pasando por el episodio de la muerte del emperador Alfonso VII a su regreso de la funesta campaña de reconquista de Almería, sucedida según parece en la antígua Fresneda, que hoy algunos identifican con el paraje de la Aliseda, hasta la existencia del convento donde el frailecico Juan de Yepes vivió y enfermó de muerte, y que sirvió de núcleo para que el limeño ilustrado Pablo de Olavide trazará el diseño por encargo de Carolo III de las nuevas poblaciones de Sierra Morena. Poco después de que llegaran los colonos a estas tierras, se estableció una colonia agrícola en el paraje que nos incumbe, al amparo de algunos manantiales acuíferos que, curiosamente, ¡tenían burbujas! El hallazgo trascendió, y mereció el interés del famoso hidrólogo de la época Juan de Dios Ayuda. Desde entonces la Aliseda comenzó a tomar reputación de lugar apacible, nada que ver con el entorno abrupto de sierra morena, corrían los últimos años del siglo XVIII.
 
 
 Por estas tierras pasaron, y cuentan que pernoctaron, los constitucionalistas de la "Pepa", encabezados por Martínez de la Rosa, estas tierras conocieron un desmesurado e imparable auge durante el desarrollo minero de finales del siglo XIX y primera mitad del XX donde, a su amparo, nacieron no pocas fortunas, como la de José Salmerón y Amat, constructor y promotor del célebre balneario de la Aliseda, lugar donde "tomar las aguas" y sanatorio de tuberculosos, propicio para conspiraciones políticas, donde tal vez se comenzó a forjar la carrera parlamentaria del primer presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora
Durante el último tercio del siglo XIX, este oriundo almeriense, liberal de pro, controlador de los resortes políticos de la zona norte del distrito desde la alcaldía de La Carolina, enriquecido en el entorno minero y elevado de categoría, gracias a la fortuna conseguida en una sociedad que abandonaba vertiginosamente el romanticismo para abrazar el modernismo imparable que envolvía al próspero distrito minero de Linares-La Carolina, fue cuando José Salmerón y Amat, elevó a la Aliseda a la categoría de la Panticosa del Sur. Se construyó un balneario, un hotel para albergar a quienes iban a tomar la aguas, y casas individuales para aquellos que requerían aislamiento, una capilla, un teatro, amplios hortales para el abastecimiento, puentes de mampostería para el acceso, un palacio para residencia del dueño,.. lamentablemente poco queda que pueda reconocerse como vestigio de aquella época de esplendor, si acaso el fabuloso e idílico paraje, el resto parece que lo hubiera engullido la tierra.




Dos manantiales abastecían el establecimiento, la fuente de la Salud de aguas fundamentalmente bicarbonatadas y ferruginosas e indicadas en forma de ingesta para problemas digestivos y de anemia. Los magníficos resultados que los análisis otorgaban a las aguas de la fuente de la Salud no eran nada con los que posteriormente se realizaron en el manantial de San José. El nitrógeno que contenía las hacía especialmente indicadas en esa época para tratar la tragedia sanitaria de la época: la tuberculosis. Sobre el manantial de San José de erigió el edificio del balneario con todo tipo de adelantos para la época, salas de inhalación difusa, de inhalación directa, fuente para la toma de agua... El establecimiento vendía agua envasada por pedido, contaba con médico higienista propio y estaba rodeado de amplios parajes donde pasear, bautizados de manera evocadora a la época de esplendor: bosque de los ruiseñores, alameda, bosque de los alisos, pradera de los castaños, puente del suspiro,...




La edad de oro de aquella Aliseda se prolongó durante la última década del siglo XIX y las dos primeras del siglo XX. La muerte de su impulsor en 1916 y los cambios sociales sobrevenidos fueron alejando los establecimientos de balnearioterapia del interés de sanitarios y consecuentemente del público, no en vano comienzan a surgir tratamientos eficaces frente a enfermedades que buscaban en la hidroterapia un halo de esperanza. El balneario de la Aliseda, el emporio económico que allí surgió se fue más rápido que llegó y con él todo vestigio de lo que allí hubo en su época dorada.


 
 
 

Salimos del Área Recreativa de la Aliseda, por el sendero hasta el Puente de los Suspiros sobre el Río de la Campana, pasamos junto las ruinas del Molino y entre pinos de gran porte llegamos al Fresno centenario el Puente de San Pedro o de Santa Elena y la unión del Arroyo de los Quiñones al Río de la Campana, cruzamos la carretera JA-7100 y seguimos el Sendero  'Vía Romana' o 'Sendero Estrechos de Miranda', pasamos por el cruce con el camino del Cortijo de Las Américas. El sendero, sin apenas desnivel está trazado en el llano entre el Río el Cerro de Miranda, cruzamos el Arroyo de la Asperilla (con bastante caudal después de las lluvias) y entramos a Miranda del Rey, regresamos y seguimos por El Hornillo hasta el cruce de la Fuente del Hornillo y Las Asperillas, dejamos la visita a la fuente para otra ocasión y nos acercamos a El Empedraillo (popularmente conocido como vía romana, en realidad, todo parece indicar que pertenece a la primera Edad Moderna o las últimas décadas de la Baja Edad Media), de nuevo salimos a la pista en el cruce de caminos, el del Puerto y el de Las Asperillas, nos desviamos para ver la Pantaneta de La Graja en el Arroyo del Rey y regresamos hasta el cruce del barranco del Salto del Fraile o de La Graja, visita obligada después de las últimas lluvias ya que presenta un caudal abundante pese a que las vistas de cerca no sean tan espectaculares por la cantidad de construcciones para la captación de agua. 

Regresamos al cruce de los caminos de Las Asperillas, la Mesa del Rey y el que viene del Salto del Fraile o La Graja y seguimos el regreso por la Vereda de Las Asperillas hasta enlazar con el camino de regreso a La Aliseda, ya solo queda visitar las pantanetas del área recreativa y la Fuente Herrumbrosa, de regreso nos paramos en lo que queda del Antiguo Balneario de la Aliseda...

Y si al lector le llama la curiosidad lo que llegó a ser este entorno, aquí os dejo unos enlaces que completarán la información.

https://arquitecturacamposalcaide.blogspot.com/2011/10/hotel-balneario-en-la-aliseda-santa.html

 https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2016/09/la-aliseda-o-la-vida-de-balneario-y-3.html

 https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2016/09/la-aliseda-o-la-vida-de-balneario-i.html

http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=34915&letra=&ord=&id=34935